martes, 19 de noviembre de 2013

Don't trust your dreams

"Una idea es como un virus. Resistente. Altamente contagiosa. La más pequeña semilla de una idea puede crecer. Puede crecer para definirte o destruirte. La más pequeña idea como: "Tu mundo no es real". Un simple y pequeño pensamiento que lo cambia todo. [...] Una idea la poseía. Esa idea, tan simple, que lo cambiaba todo. Que nuestro mundo no es real. Que tenía que despertar para volver a la realidad, que para volver a casa debíamos suicidarnos".
Inception.

¿Pensarás que he perdido la cabeza si te confieso que algunas mañanas sigo creyendo mi último sueño como parte de mi realidad mientras que a cada minuto temo despertarme otra vez? No es ficción, de verdad que mezclo o confundo lo que sueño y lo que vivo. Tan real todo, o tan creado, dime qué me pasa.
No me ocurre siempre, solo cuando sueño mi vida, es decir, cuando reproduzco cómo sería un día corriente desde mi persona proyectada hacia personas que conozco y con aquellos que interactuo o solía hacerlo. Digo solía porque a veces se remonta a años atrás, como si el tiempo que he vivido hasta ahora hubiera sido un largo sueño, imaginando mi vida, y en cualquier momento del día me fueran a despertar para volver a aquel punto. Me aterroriza, ¿sabes?
Nadie me ha metido esta idea en la cabeza como si fuera un virus como sugiere esta película que he mencionado, sino que debe ser mi subconsciente avisándome de algo. ¿Tendré un nuevo miedo, o acaso un miedo que creo enterrado?
Solo sé que no me gusta sentir esa sensación de que vivo dormida y sueño despierta. Invirtiendo una famosa frase de motivación, sería como si me psico me estuviera diciendo:
"Turn your reality into your dream".
Esta confusión es más desagradable de lo que te piensas. Pero como no soy una chica que se queda en el problema, intentaré tomar cartas en el asunto y quitarle polvo a los recovecos de mi memoria para ver si descubro el "origen" de este temporal (espero) desajuste.

Hasta la próxima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario