martes, 30 de abril de 2013

Para lo bueno y para lo...

A veces pienso que no soy amiga de nadie. Sí, vale, hay a quien le caigo bien, pero no ser la "mejor amiga" de nadie me hace caer en el pasado pensamiento de que no inspiro calidez. ¿Qué falla en mí? ¿Soy descuidada en las amistades, no soy cariñosa, me equivoco en mi forma de gustar a la gente, soy borde, distante... qué falla?
Nunca logro encajar totalmente ni conquistar el corazón de un buen amigo, que los tengo, pero ahí están, invisibles. ¿Por qué la gente se achuchan tanto, se hacen fotos tan abrazados, se llaman/escriben a diario? No puede ser puro teatro. Pocas veces preguntan cómo estoy tras unos días/meses sin hablar conmigo, y eso quiere decir que se fían de las fotos que publico o que NO LES IMPORTO tanto como creía. Mejor pensar lo primero, ¿no? Muchas veces me digo a mí misma que debo tragarme el orgullo y preguntar yo, pero he descubierto al fin que estoy harta de hacerme notar. No quiero empezar yo siempre la conversación y luego quedar de abundante, y tampoco quiero preguntar cómo están los que siempre están igual y que a mí me contesten por cortesía "y tú?". Estoy realmente harta de que quien me sigue e insiste solo quiera su maldito disfrute, o quien me abra conversación para pedirme un favor. También me canso de que cuando pregunte se me ignore o de ser la última en enterarme cuando no pregunto. Me desquicia parecer boba y que me hagan sentir en ridículo cuando estamos reunidos, que mis promesas suenan ridículas, que soy ignorante o que debo estar equivocada, que soy una AMARGADA o antisocial si no me compro un IPhone o no me uno a sus viajes.
No solo intento ayudar a quién me lo pide, sino que ofrezco mi ayuda si lo preveo, y aún así termino siendo la PRINGADA a quien acudir, intento poner buenas caras, hablar a los amigos que traen mis amigos para hacerles sentir a gusto, ser divertida aunque eso conlleve el empujón del alcohol ya que por mí misma seguro que me tachan de SOSA, intento no ser cuadriculada pero si lanzo una propuesta soy una chiflada, si sonrío sonrío sin una mirada de complicidad de vuelta... Por una vez quisiera saber qué se siente al ser la popular y no la subordinada que es olvidada cuando no está presente. No deseo ser la líder, ni arrastrar a los demás a hacer lo que yo quiera o ir a don de yo mande, por su puesto que no. Sin embargo, un día tuve la esperanza de sentirme más revalorizada, apreciada, cuidada e interesante. La fama me precede a donde quiera que vaya, los falsos y dañinos rumores que lanzan los envidiosos nunca dejan de cubrirme las espaldas. Creía que al encontrarme en un nuevo ambiente podrían verme de manera distinta, pero quien soy y como soy lo llevo escrito en la frente. Como las aves, parece que todos tienen su camarada, su mitad, su fiel amigo. Yo tengo a mi novio, que es todo y eso y mucho más. ¿Pero es mucho pedir tener una persona más que sea mi mejor amigo detrás suya? Él es mi mejor amigo a la vez que es la persona a quien más amo, sin él me sentiría perdida, pero por desgracia no alcanza a sospechar lo vacía que me siento a veces pero no tenerle nada más que a él pero sin una persona más capaz de hacerme sentir de la manera contraria que me siento ahora: miserable a ratos.
Hay que exprimir lo bueno de la vida a pesar de todo. Tengo muchos amigos, sí, muchos amigos para los buenos momentos de los cuales alguno me demostrará algún día me que también lo es para los no tan buenos.
Por último, tengo que dar una aclaración, y es que no pienso todo esto aquí (en Irlanda) y ahora (cuando estoy ciertamente desanimada), si no que es un sentimiento que llevo arrastrando toda mi vida desde que tengo memoria. Por eso quiero que no se aluda ninguno que se considere mi amigo, porque si no lo ha notado se lo digo yo, siempre escribo sobre cómo me siento, independientemente de las causas que me hayan provocado estos sentimientos. Es decir, en este caso, ni hablo de mis actuales amigos de Ciudad Real ni de los nuevos que he ido haciendo en Dublín, hablo de mi relación con lo que siento por amistad y como ese sentimiento afectó y afecta a mi persona. Es cierto que aunque he vivido las situaciones que me han hecho sentir como relato, su suma no resume mi experiencia. Algunas se olvidan, otras no son tan relevantes como para considerarlas, y otros escuecen muy dentro de mí. (Espero que este verano sea el agua oxigenada que tanto necesito). Apunte: seguro que esto le ha pasado a todo el mundo alguna vez, pero ¿por qué cuando conozco a alguien a cuya conexión le veo futuro, vuela? No paramos de hablar y reírnos aún sin conocernos previamente, y cuando acaba la oportunidad que el destino nos ha ofrecido, nos devuelve a la realidad recordándonos que no pertenecemos al mismo mundo y que es muy probable que no nos volvamos a ver. Sin embargo, ahí te quedas, con la misma gente a veces tediosa a veces amable de siempre. El destino es así de travieso, quizás para fastidiar a los conformistas y desafiar a los valientes. ¿Quién soy yo? me pregunto frecuentemente. ¿QUÉ FALLA?