lunes, 31 de enero de 2011

Boni Loto (I parte)

Un lugar donde los despojos de la sociedad se reunen para disfrutar de su compartida soledad. Un lugar exótico repleto de gente exótica y de bebidas igualmente exóticas, fruto del ingenio por sobrevivir entre tantos buitres de la macroeconomía. Un lugar para todos y para nadie. Eso es la taberna La Barrancada.
Una chica con más vicios que años, curada a base de escarmientos pero aun lo bastante valiente para decir lo que su tierna mente piensa. Una chica que frecuenta La Barrancada y no pisa la escuela. Una chica singular, con chupa roja y cabello azul eléctrico. Esa es Boni.
Boni sabe cómo comportase en La Barrancada si quiere como mucho que la dejen tranquila. Todo aquel que entra, debe pasar desapercibido, no vaya a ser que lleguen a convertirse en la diana de los dardos de la esquina-sur o en la bola paleada del billar del centro del local. Boni siempre se desliza tal que serpiente entre espaldas tatuadas, sin rozar alguna, hasta llegar al fondo de la barra, cerca de los desaseados aseos donde rauda se puede esconder cuando hay alguna disputa.
De cualquier manera, todos la conocían allí, porque todos y cada se conocían entre ellos; era como un clan en el que sus integrantes nunca darían la cara porel de al lado. Para Boni, tan solo un jóven camarero podía acercarse al concepto de colega.
Pero aquel 29 de enero, día de espesa niebla y pocas esperanzas, no era como otro cualquier 29 de enero. Un hombre delgado y patilargo entraba en La Barrancada. Iba buscando algo, no cabe la menor duda. No se sabe si a algún matón con ganas de liarla, si unas cuantas pocas de la marca Olvidar o si a una chica con el mote de Boni...

miércoles, 26 de enero de 2011

Un diario con sabor

Así se llamaba el extinguido blog que una vez abrí sin preguntarme a mí misma si quería que supiesen de mi día a día, aun así lo hice porque me hacía ilusión, y si algo te hace ilusión es que es una tontería, mas una tontería que tienes que realizar.
Sin embargo, la mayoría de las ilusiones no son demasiado longevas y acaban por terminar olvidadas en tu cajoncito de cosas que empezaste pero no terminaste.
En este caso, puede ser que quisiera recordar esta bonita etapa de mi vida a través de un blog cuya existencia fuera casi insospechada, o también puede ser que quisiera saber como expreso lo que experimento a diario; puede que hubiese una progresión, una madurez, o incluso un cambio radical del que me tuviese que percatar, ¡qué sé yo!
Lo que si está claro es que, si algo no da resultado, borrón y cuenta nueva. Me lo tenía que haber supuesto: nunca he querido que la gente supiera de mí, lo que realmente pienso, y menos todavía, mi vida privada. ¿Por qué esa vez tendría que haber sido diferente?

Pocos saben cómo soy, por muy bien dibujado que tengan su mapa mental sobre mí; pocos sospechan de mi relativo talento, a pesar de que estén convencidos de que no me entero de la misa la media. Todo eso puede ser. Yo hago que me da igual tal ignorancia, y es que tanta opinión gratuita sobre lo que desconocen se lleva mucho hoy en día, sobre todo en los que se piensan que por estar unas horitas juntos o compartir amistades están capacitados para evaluarme. Y yo hago que me da igual, repito; pero debo admitir que algo de rabia entra y se aloja en mi estómago. Como supongo que al igual que muchas personas, no puedo evitar el intentar caerle bien a la mayor gente posible, al menos de una forma pasable. Yo lo intento y si no sale, lo vuelvo a intentar una segunda vez, pero ya sabeis que a veces es inevitable: siempre le vas a caer peor a alguien por muy buena cara que pongas. Entonces tus esfuerzos no se ven recompesados, y sin comerlo ni benerlo, una “supspicious” actitud te planta cara. Vale, yo no te caigo bien y tú, simplemente no me caes, pero desde luego la opción de rebajarse está entre las últimas.
Cuantas cosas se hacen por amor, si la gente supiera…

lunes, 17 de enero de 2011

MÁS QUE PALABRAS

Una mirada y lo demás está de más.

Una mirada intensa pero breve y te callas disculpándote. La dueña de esa escasa mirada apenas me conoce, sin embargo su mirada sabe perfectamente que me muero por ella.
Una mirada que te abre el mundo ante tus ojos. Oh, sus ojos, tema de todos mis sueños, ventanas a la esperanza y ahora luceros que traspasan mi corazón. Ya eres mía.
Una mirada que al fin me llena. Me hace gracia cuando juega y, a pesar de poner "poker-face", su mirada le delata; me derrite la dulzura y perspicacia que refleja y también cuando me hace complice en el momento más insospechado; me encanta cuando al mirarme no me siento solo en este mundo... su mirada me comprende y comparte mis pensamientos. Esa es su mirada, la luz que me guía y esa a la que sigo sin condicionamento.

Una mirada y sabes que hay algo nuevo en tu pareja tan grande que no cabe por su boca. Su mirada te inunda y te confiesa que está embarazada.
Una mirada devastadora. Por esa mirada quisieras haber sido ciego, así no podría encontrarme nunca con la mirada de quien lo sabe todo y poco puede solucionar, un Dios de las miradas… y ahora me apunta a mi. Una mirada más, esta vez cabizbaja aunque con un poco de indiferencia, me sentencia.

Una mirada. Dos miradas. Se cruzan y comparten su lluvia. Su mirada dice “lo sabes” y la mía “ya lo sé”. No queda más remedio que apagarlas y darle paso al abrazo.
Una mirada. Una en todo un día. Eso no se puede soportar. Es como si las reservase por si les llegan a faltar, como si sus miradas apagadas en cualquier momento pudieran estallar en pequeños trozos de cristal.
Una mirada cada vez más opaca, nada parecida a la transparencia de la de antes de… todo. Por favor, ¡enfoca, transmite, prende!
Una mirada y se te rompe el alma. Esa es la de la despedida; la última mirada mezclada entre el amor que resume todo este tiempo y la culpa por no volver a mirarme más.


Esta es la historia de su mirada.
Fue bonito; un día nació en mí, al otro no necesitaba otro sol que me iluminase, y así, me tuvo hipnotizado mucho tiempo a base de miradas que eran todo lo que necesitaba para subsistir, pero un día un choque de miradas infortuitas herió la suya gravemente… nunca se recuperó.
El sueño de su mirada era ver como una personita estrenaba la suya y decirle con su brillo que la amaba. Ese sueño se nubló con su mirada, incapaz ya de contar más historias que las palabras de los cuentos… como siempre me había hecho.

sábado, 8 de enero de 2011

Bienvenidos a mi vida





Do you ever feel like breaking down?
Do you ever feel out of place?
Like somehow you just don't belong
And no one understands you

Do you ever want to run away?
Do you lock yourself in your room?
With the radio on turned up so loud
That no one hears you screaming

No you don't know what it's like
When nothing feels alright
You don't know what it's like
To be like me

To be hurt, to feel lost
To be left out in the dark
To be kicked when you're down
To feel like you've been pushed around
To be on the edge of breaking down
And no one's there to save you
No you don't know what it's like
Welcome to my life

Do you wanna be somebody else?
Are you sick of feeling so left out?
Are you desperate to find something more
Before your life is over?

Are you stuck inside a world you hate?
Are you sick of everyone around?
With their big fake smiles and stupid lies
While deep inside you're bleeding

No you don't know what it's like
When nothing feels alright
You don't know what it's like
To be like me

To be hurt, to feel lost
To be left out in the dark
To be kicked when you're down
To feel like you've been pushed around
To be on the edge of breaking down
And no one's there to save you
No you don't know what it's like
Welcome to my life

No one ever lied straight to your face
And no one ever stabbed you in the back
You might think I'm happy
But I'm not gonna be ok
Everybody always gave you what you wanted
You never had to work
It was always there
You don't know what it's like
What it's like
To be hurt, to feel lost
To be left out in the dark
To be kicked when you're down
To feel like you've been pushed around
To be on the edge of breaking down
And no one's there to save you
No you don't know what it's like (what it's like)

To be hurt
To feel lost
To be left out in the dark
To be kicked
When you're down
To feel like you've been pushed around
To be on the edge of breaking down
And no one's there to save you
No you don't know what it's like
Welcome to my life

Welcome to my life
Welcome to my life