jueves, 12 de enero de 2012

Un gran educador

Porque hace poco tuvo que pasar por el mal trago de estar ingresado en el hospital: no le faltaron familia, amigos, compañeros de trabajo y alumnos en las salas de espera; y porque yo no tuve ocasión o valentía de ir a visitarlo (esa incomodidad e impotencia de ver a la gente en su peor momento), recupero uno de sus escritos para hacer un pequeño homenaje a un buen escritor, un fantástico profesor y amante de las letras, y aún mejor simpatizante de la humanidad: nuestro querido Don Jerónimo Anaya.

RÉPLICAS DE ANTAÑO

Con fingida sonrisa te diré la verdaz,
no sea que te asuste hablar con seriedaz:
yo me muero de risa con tanta calidaz
y de pena me muero con tanta falsedaz.
Y al revés te lo digo: con tanta estupided
cualquier cosa que hagas será desfachated,
pues cuando todo tiene poquita sensated,
nezia es la juventuz y nezia es la vejed.
Desternillarse ahora pareze gran virtuz.
La carcajada dizen que aumenta la saluz.
Y la risa con zeta es risa en plenituz
que rompe las cadenas de arcaica esclavituz.
De talante risueño debes ser aprendid,
que la zeta risueña te cambia de carid.
Debe la sociedaz cambiar de directrid
y con la brava zeta levantar la cervid.
Y en tanto que a la escuela llega una autoridaz
que enseña ortología con rezta claridaz,
parlemos zetamente la castellanidaz,
que demente parlar es una atrocidaz.

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