Seguir sin vida, comiendo de ilusiones muertas, trepando paredes esperando que al otro lado haya un poquito más de luz. Todo cambia a mi alrededor y en mi interior solo hay involución.
¿Por qué eres tan cruel?
Te alias con mis miedos, me haces olerlos y después me abres los ojos. ¿No comprendes que la necesito? ¡Esperanza, ilusión, alegría!, ¿dónde os ha escondido? Mas sepa que aún me acompaña el coraje, compañero infiel que de vez en cuando vuelve para acompañar mis fuerzas en una búsqueda casi imposible
Hay momentos en la vida en la que necesitamos buscar para reencontrar, como también a un compañero que nos empuje a creer que podemos lograrlo.
Los proyectos no se disfrazan siempre de sueños y la responsabilidad no se suele esconder debajo de la cama, pero las personas nos empeñamos en andar solos el camino, sin oídos, sin bastón... Así tropezaremos una segunda vez con la misma piedra, pues rodeamos un mismo punto fijo como quien adora al diablo. ¿Por qué eres tan cruel?
Pon en mi mano derecha ese bastón que no nos trevemos a pedir, porque hoy no tengo orgullo, pon a mi izquierda las verdad que no quiero escuchar, porque hoy ya no le tengo terror, pon delante un amigo que me guíe, que mañana querré tenerlo a mi lado, y coloca detrás el camino que ya pisoteé, porque tengo ganas de seguir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario