(Exclusivo Baybars)
Sé por qué pasado un mes empiezo a ver películas sobre
historias de amor y a escuchar en el mp4 mi álbum “lentas y baladas”, y es
porque extrañarte me hace recordar lo mucho que te quiero. No es que me olvide
de que te quiero ni tampoco que haga falta echarte de menos para saberlo, pero
la distancia, y el tiempo también, se hacen pesados sin ti conmigo; no es que
esté deseando vivir en Ciudad Real, pero sé que iré, tarde o temprano, a donde
sea que tú te encuentres. Siempre había deseado que el hombre de mi vida
acudiese a mí dejando todo atrás, un deseo bastante egoísta típico de película
de Hollywood, pero desde ahora sé que el romanticismo para mí no es esperar a
que me derritas con cartas sin contestación, amor pasivo o halagos no
correspondidos, romanticismo es perder el egoísmo y el orgullo de camino a tu
corazón, apostando por nuestro bienestar presente y futuro, no herirte y
pensarte, pensarte mucho… porque sé qué tú también me piensas, de hecho me
echas de menos y no me dejas nunca de querer. ¿Sabes porque sé todo esto?
Bueno, primero porque no sabes disimular. Fuera de bromas, porque no solo me
esperas sino que me recomiendas que me quede el tiempo que quiera si estoy
contenta aquí, lo cual me hace pensar que estamos madurando más de lo que yo
creía a largo de este año. Digo esto porque tengo que admitirte que hace un tiempo
atrás, una idea crecía en mi mente… la de que estabas dejando que interponer mi
felicidad a tus deseos, lo cual no es malo, pero de una forma a otra me
entristecía por haber perdido tu adoración, ¡me tenías tan malcriada! Pero
simplemente, cambiábamos a la par que el tiempo, como cuando cuidas con extrema
delicadeza un nuevo regalo, pero luego parece que lo descuidas, aunque en
realidad, con el paso del tiempo va cobrando un valor que lo hace irremplazable.
Entonces, ¿podríamos decir que estamos acostumbrados el uno al otro? Sé que no
es solo sea eso la causa de que te esté escribiendo a altas horas de la noche…
si siento que me faltas es porque cada cosa que hago aquí me gustaría
disfrutarla contigo. Cuando descubro un paraje digno de ser visto pienso que
tendrías que estar allí, cuando paso por una cafetería, me entran ganas de
entrar y pedir dos café con cuatro de azúcar, y cuando comparto la rutina de
esta familia, no puedo evitar pensar que mi vida tan solo ha arrancado para
comenzar un viaje que solo quiero hacer contigo, con todo lo que ello conlleva;
entiendo la impaciencia de la que me hablabas, como que el curso de tu vida se
está calando, aunque aún sigo dudando si piensas en plural o solo en tu “curriculum
vitae”. No te culpo si es esto último, al fin y al cabo yo siempre te he dicho
que “si tú no te preocupas por ti, no esperes que nadie lo haga”, pero sea lo
que sea, solo espero acabar donde tu flecha apunte.
Ya que estoy, voy a añadir que me da rabia que me hagas
pensar que sientes celos por mi “suerte” actual… por supuesto que no te mereces
menos que yo, en cuanto a que tienes derecho de vivir independiente, viajar, y
todo aquello que me dices que he hecho este año. Y como me daba rabia, nunca me
he sabido explicar: eso de que “cada uno tiene lo que se merece” no es una
verdad absoluta, pues creo que más bien trata sobre “timing”, algo así como
determinación por hacer algo seguido de un salto a ciegas en el momento perfecto,
es decir, tienes que tener la oportunidad pero también saber aprovecharla. He
aprendido muchísimo, pero no sin esfuerzo. En segundo lugar, “a todos nos llega
la hora, cada uno en su momento”, por eso te digo que no seas la liebre del
cuento, sin la tortuga que va despacio pero sin pausas. Tengo algo miedo de que
tantas ganas que tienes de vivir solo, que al final quieras hacerlo
literalmente…
Aunque sé que solo es un temor infundado, porque como te he
dicho, sé que nos queremos tanto que no es costumbre de estar juntos, son
deseos de no separarnos, de convertirnos en los arquitectos de algo nuevo que
sea nuestro. No hay nada malo en la rutina, lo que pasa es que la gente que se
queja es porque ha caído una rutina que no le gusta. ¿Sabes por qué solía
querer haber tenido una gemela? Por el simple hecho de vivir con una amiga. No
te lo tomes a mal, pero creo que estamos a un trecho de saber comprendernos
bien bien el uno al otro, sincronizarnos y tolerarnos, evitando discusiones
tontas y comportamientos inmaduros, para que sea lo sea que construyamos sea
sólido y placentero. Somos jóvenes, por lo que tendemos a pensar que podemos
con todo, y que si surge un problema sabremos arreglarlo, sin embargo, no puedo
negarte que algo ha cambiado en mí, quizás el hecho de conocer otra gente y
contemplar otra vida, no sé, pero sé que por mi parte dedo templarme. Quiero
hacerte feliz y que tú me hagas feliz, ya sea en una casaza con vistas al mar como
en la que he estado esta tarde, como en un pisito en las afueras, de profesores
o de “lo que vaya saliendo”, como tenga que ser, pero de una forma u otra te
demostraré que Hoy querré estar contigo Mañana, amándote y siendo tu mejor
amiga, ¿dispuesto?
No sé si me he explicado, aun así después de todo esto, me
queda decirte que aunque no esté cuidando a mi herido de guerra, me preocupo
por ti siempre; aunque no te llame todos los días, mis ganas por hablar contigo
van en aumento; y que a pesar de que estoy disfrutando mi estancia aquí, te echo
mucho en falta. Te amo, Rafa (siempre tuya).
No hay comentarios:
Publicar un comentario